REVISTA DE POR ACÁ

Con el objetivo de mostrar la cultura regional en todos sus aspectos, apareció en su segunda época en 2007, en formato electrónico.

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jueves, 12 de febrero de 2009

"México necesita que apagues la televisión"


En estos días en que en el centro del país se ha desatado una necesaria polémica por la transgresión tan abierta de las televisoras a la reglamentación electoral, es necesario que reflexionemos sobre los medios que tenemos en nuestro país y en nuestra entidad --particularmente los electrónicos--, y los medios de necesitamos para hacer del nuestro un México democrático, justo, equitativo, incluyente.


Yo ya apagué mi televisor, desde hace algunos años --espero poder dejar de leer La Crónica muy pronto--. Y una de las metas que me he propuesto como profesor de español es lograr que mis alumnos analicen de manera crítica los medios y sus mensajes.


El día de hoy la joven columnista Laura Treviño Araiza, licenciada en ciencias de la información y comunicación por la Universidad de Monterrey --a quien no tengo el gusto de conocer personalmente-- publicó en --precisamente-- La Crónica un interesante artículo sobre la vacuidad de los programas matutinos de la televisión comercial de nuestro país (Televisa y Televisión Azteca).


Hace referencia en su texto a la transmisión del programa Hoy, que se efectuó en agosto pasado desde esta ciudad y en el que se presentó el gobernador José Guadalupe Osuna Millán.


Recordemos el alboroto que se hizo a nivel local por ese gran acontecimiento. Casi casi como ocurrió con la reciente Serie del Caribe 2009.


Pues bien, creo que vale la pena reflexionar sobre lo que nos dice Treviño Araiza y seguir su consejo: "Agarra un libro, lee las noticias, voltea a ver lo que está pasando, ve como es México, cómo vivimos los mexicanos. Apaga la televisión. México necesita que apagues la televisión".


Doppler

Apaga la televisión


Lucía Treviño ARAIZA


Son las 10 de la mañana, aparece ese programa. Para quienes no tenemos cable u otro servicio de programación vemos a las dos más grandes televisoras de México brindarnos su versión de entretenimiento.

Son televisoras que llevan años en el mercado, que deciden y optan por introducir programas para una mayoría de televidentes mexicanos.

Ese programa donde aparecen estas personas que no tienen nada que ofrecer, que no saben más que nosotros, tampoco se han preparado en un máximo nivel académico, ni si quiera han preparado lo que están haciendo en ese momento frente a cámaras.

Son simples instrumentos, arreglados con maquillaje, operaciones, ropa llamativa y una sonrisa imborrable pero falsa, pues a quién le van a sonreír si tienen alrededor de tres cámaras frente a ellos y aunque exista un público, no les interesa, sonríen por pura vanidad, porque estas televisoras se han encargado de engrandecerlos, de hacerles creer que son personas con méritos y cualidades, y se la creen y están frente a cámara haciendo cualquier numerito suponiendo que son realmente de admirar.

Nosotros al otro lado de la cámara viendo como platican, de qué platican, los gestos que hacen, creemos que son famosos, aseguramos que son famosos y no pensamos el por qué.

El programa se dirige a quienes a esta hora están en el gimnasio, señoras recién casadas o con hijos de las que seguramente no se cree que tengan la capacidad para conocer otro tipo de información y entretenimiento. Es el programa para la mesera que atiende en un restaurante. Para la señora que limpia la casa. Para los del taller mecánico, las taquerías, los de la maquila, los albañiles. Para todos aquellos mexicanos, y la mayoría somos todos estos. Y lo vemos.

Yo creo que todos nos damos cuenta que no es ninguna información importante, que lo que se dijo en el programa de ayer ya se nos olvidó hoy y lo que se dirá mañana si no tenemos oportunidad de verlo es lo mismo que se pudiera decir pasado mañana. Sin embargo es lo único que nos brinda la televisión en este momento.

Pero ¿Quiénes son estás personas? Andrea Legarreta, Galilea Montijo, Ernesto Laguardia. Caras que repetidamente han aparecido en televisión y nos proporcinan esa sensación de que son conocidos. Pero no tienen algo en especial.

Aquí en Mexicali, estuvo Hoy. Por alguna extraña razón tenía boletos, era un hecho que no iba ir, sin embargo, alguien de mi trabajo me pidió el favor de acompañarla, decidí que era una buena oportunidad de conocer el equipo que manejan: ocho cámaras, una grúa, todo el equipo audiovisual de vanguardia y con la mejor calidad, después de todo estaba involucrada dentro de una productora en la que hacíamos programas de televisión por esa parte, era interesante.

Cuando llegamos al lugar, los guardias que estaban recogiendo los boletos para entrar al set se comportaron como si el Papa estuviera dentro y fuéramos algunos fanáticos satánicos. Entonces aproveché a desayunar, era muy temprano en la mañana. Me senté en una mesa donde estaba el equipo de maquillaje y vestuario, y empezamos a platicar, les pregunté ¿Cómo eran estas personas? ¿Estos “famosos”, el tipo del yoga, la Galilea? Me interesaba saber cómo eran detrás de cámaras. Me contestaron que Galilea y un tipo bajito que se viste de mujer eran tal como los vemos en la televisión, carismáticos. Pero los demás, específicamente el del yoga, Legarreta y Laguardia tenían una personalidad fuerte, que se molestan fácilmente y que no les interesa estar con el público.

Agarra un libro, lee las noticias, voltea a ver lo que está pasando, ve como es México, cómo vivimos los mexicanos. Apaga la televisión. México necesita que apagues la televisión.


Obtenido de: http://www.lacronica.com/edicionimpresa/Hoy/General/616391.asp

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